Gestor de productos: función y prácticas recomendadas para principiantes

Consigue una representación clara de la función y las responsabilidades del gestor de productos, consejos para poder alcanzar el éxito en el trabajo, etc.

Sherif Mansour De Sherif Mansour
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Primero me voy a confesar: hace diez años, cuando me invitaron a solicitar un puesto de gestor de productos en Atlassian, no sabía en qué consistía la gestión de productos, lo cual no era inusual. Aunque la gestión de productos ha existido de una forma u otra durante varias décadas, el cargo de “gestor de productos” solo comenzó a tomar fuerza hace menos de 20 años. Aun así, me encuentro con charlas en conferencias llamadas “¿Qué hace un gestor de productos?” (en realidad, yo di una de esas).

¿Qué es un gestor de productos?

Un gestor de productos es la persona que identifica la necesidad del cliente y los objetivos empresariales más importantes que cumplirá un producto o función, define lo que es el éxito de un producto y reúne a un equipo para convertir esa idea en una realidad. Tras haber pasado 10 años estudiando el arte de la gestión de productos, he desarrollado un profundo conocimiento de lo que significa ser un gestor de productos.

La confusión sobre lo que es un gestor de productos probablemente se debe a la reciente aparición de la función. Mientras que los profesionales de oficios más consolidados, como el diseño y la ingeniería, se han podido segmentar en función de su especialización, los gestores de productos siguen definiendo cuál debe ser su función.

Martin Eriksson, responsable de productos excepcional y fundador de ProductTank, resumió en un principio la gestión de productos en un diagrama de Venn sencillo en el que se situaba al gestor de productos en la intersección de los negocios, la tecnología y la experiencia de los usuarios. Hace quince años, Ben Horowitz, director general de Opsware, llamó al gestor de productos el “director general del producto”.

Estoy de acuerdo con Eriksson y Horowitz, pero no siempre con la interpretación de sus definiciones. La gente ve el diagrama de Eriksson y piensa que los gestores de productos gestionan el producto entre las tres disciplinas (experiencia de usuario, tecnología y negocios). No obstante, en realidad, lo que él dice es que los gestores de productos deben equilibrar las tres necesidades, tomar decisiones difíciles y llegar a soluciones intermedias. La gente escucha la analogía de Horowitz y cree que los gestores de productos tienen algún tipo de autoridad especial. La verdad es que no la tienen, pero, al igual que un director general, establecen los objetivos, definen el éxito, ayudan a motivar a los equipos y son los responsables del resultado.

Un diagrama de Venn de las responsabilidades del gestor de productos y la superposición de la experiencia de usuario, la tecnología y la empresa | Orientador ágil de Atlassian

Responsabilidades del gestor de productos

Las responsabilidades específicas varían según el tamaño de la organización. Por ejemplo, en las organizaciones más grandes, los gestores de productos están integrados en equipos de especialistas. Los investigadores, analistas y responsables de marketing ayudan a recopilar información, mientras que los desarrolladores y diseñadores se encargan de la ejecución diaria, la elaboración de diseños, la prueba de prototipos y la búsqueda de errores. Estos gestores de productos cuentan con más ayuda, pero también dedican más tiempo a coordinar a las partes interesadas en torno a una visión concreta.

Por otro lado, los gestores de productos de las organizaciones más pequeñas dedican menos tiempo a lograr que todos estén de acuerdo y más a hacer el trabajo práctico que conlleva definir una visión y llevarla a cabo.

En términos generales, sin embargo, un buen gestor de productos dedicará el tiempo a un montón de tareas diferentes:

  • Comprensión y representación de las necesidades de los usuarios

  • Estudio del mercado y desarrollo de análisis competitivos

  • Definición de la visión de un producto

  • Orientación de las partes interesadas en torno a la visión del producto

  • Establecimiento de prioridades de las funciones y capacidades del producto

  • Creación de una inteligencia compartida en equipos más grandes para potenciar la toma de decisiones independientes.

Comparación del gestor de productos y el propietario del producto

El hecho de que un equipo se ciña o no a una determinada práctica ágil (y a cuál) puede enturbiar aún más las aguas a la hora de definir las funciones de un gestor de productos; por ejemplo, si un equipo usa scrum, también debería contar con un propietario del producto.

Un gestor y un propietario del producto colaboran con notas rápidas y bolígrafos | Orientador ágil de Atlassian

Mientras que un gestor de productos define la dirección que debe tomar el producto a través de la investigación, el establecimiento de una visión, la alineación y el establecimiento de prioridades, el propietario del producto debe trabajar más estrechamente con el equipo de desarrollo para conseguir los objetivos que el gestor de productos ayuda a definir.

Así es como suelen diferenciarse ambos puestos:

Participación en las actividades del día a día

gestor de Productos sénior Propietario del producto

Trabaja con las partes interesadas externas.

Trabaja con las partes interesadas internas.

Ayuda a definir la visión del producto.

Ayuda a los equipos a trabajar en torno a una idea compartida.

Describe lo que es el éxito.

Diseña el plan para alcanzar el éxito.

Es responsable de la visión, el marketing y el retorno de la inversión.

Es responsable de las tareas de ejecución y el backlog del equipo.

Trabaja a nivel conceptual.

Participación en las actividades del día a día

No obstante, las responsabilidades pueden variar un poco cuando las composiciones y prácticas del equipo cambian; por ejemplo, si el equipo no usa scrum (digamos que usa kanban o cualquier otra metodología), el gestor de productos puede terminar estableciendo las prioridades para el equipo de desarrollo y desempeñar una función más importante para asegurarse de que todos estén en sintonía. Por otro lado, si el equipo usa scrum pero no cuenta con un gestor de productos, por lo general el propietario del producto suele terminar asumiendo algunas de las responsabilidades del gestor.

Todo esto puede ponerse muy turbio con mucha rapidez, por lo que los equipos deben tener cuidado de definir con claridad las responsabilidades o pueden arriesgarse a caer en las viejas formas de desarrollo de software, donde un grupo redacta los requisitos y los lanza por encima de la valla para que otro grupo los desarrolle. Cuando esto sucede, las expectativas se desajustan, se pierde tiempo y los equipos corren el riesgo de crear productos o funciones que no satisfacen las necesidades del cliente.

Prácticas recomendadas y consejos para ser un gran gestor de productos

Así como no hay un solo tipo de equipo, uno de los aspectos más interesantes de la función de gestor de productos es que no hay una sola manera de desempeñarla. Durante las últimas dos décadas, el oficio ha crecido enormemente tanto en popularidad como en enfoque. A diferencia de los diseñadores, que se han segmentado con éxito en diseñadores de interacción, diseñadores gráficos, diseñadores de movimiento, etc., los gestores de productos, en su conjunto, siguen intentando definir sus diversas habilidades.

Para complicar aún más las cosas, la gente solo está empezando ahora a dedicarse a la gestión de productos como su disciplina prevista. Si bien las antiguas generaciones “cayeron en la gestión de productos” desde la ingeniería, el diseño, las finanzas o el marketing, las generaciones más jóvenes están empezando sus carreras profesionales con la gestión de productos en mente.

Dicho esto, hay una serie de habilidades y prácticas que cualquier buen gestor de productos debe desarrollar.

Establece prioridades sin piedad

No hace mucho, un compañero comparó la gestión de productos con ser político. La verdad es que no andaba muy desencaminado. Tanto el gestor de productos como el político reciben una cantidad asignada de recursos. Cada función requiere que el profesional haga el mejor uso de dichos recursos para lograr un objetivo mayor, pero siendo consciente de que nunca podrá satisfacer las necesidades de todo el mundo.

En un momento dado, el gestor de productos puede tener que decidir entre una función que puede contentar a un gran cliente, pero que disgusta a 100 clientes más pequeños; entre mantener el estado actual de un producto o cambiar de dirección para ampliar su alcance y adaptarlo a los objetivos empresariales más importantes; o entre centrarse en lo atractivo y entretenido o en lo aburrido e importante.

El hecho de conocer bien los costes y los beneficios de cada elección guiará al gestor de productos hacia la decisión correcta.

Conoce el estado de la situación

Los gestores de productos deben conocer la situación mejor que nadie. Rara vez empiezan con una hoja en blanco. Lo más probable es que acaben en algo que ya tenga una dinámica establecida. Si empiezan a trabajar sin dedicar el tiempo necesario a orientarse, tomarán malas decisiones.

Los buenos gestores de productos pisan el freno y empiezan a formular preguntas. Si acabas de empezar a trabajar como gestor de productos, tómate los primeros meses para hablar con el máximo número de clientes que puedas; mantén una conversación con todas las partes interesadas internas que te sea posible; conoce el modelo de negocio; entérate de la historia; sé consciente de cómo llegar a los distintos tipos de personas; y comprende la forma en la que se toman las decisiones. Solo entonces, podrás empezar a tomar algunas decisiones por ti mismo.

Capacita a tu equipo para tomar sus propias decisiones

Los gestores de productos no pueden tomar todas las decisiones. Créeme, lo he intentado. Al final del día, casi siempre me quedan mensajes sin leer, me haría falta el doble o el triple de tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer y podría pasarme todo el día respondiendo preguntas y no terminaría nunca.

No obstante, pasar por todas las decisiones no es el trabajo del gestor de productos; al menos, no debería serlo. Una de las claves de una gran gestión de productos es dotar a tu equipo de todo lo necesario para tomar sus propias decisiones creando una inteligencia compartida o una forma de tomar decisiones y un conjunto de criterios para escalarlas. Cuando alguien le hace una pregunta a un gestor de productos sobre una decisión que podría haber tomado por sí mismo, nueve de cada diez veces se debe a que esa persona no dispone de suficiente contexto para tomar la decisión por su cuenta. Los grandes gestores de productos crean ese contexto.

Aprende a influenciar sin autoridad

Conozco a una gestora de productos júnior a la que su equipo respeta casi unánimemente, aunque, en un principio, muchos de sus miembros la hubieran cambiado por una responsable más experimentada si hubieran podido elegir. ¿Cómo les hizo cambiar de opinión? Llevó a cada persona del equipo de 30 miembros a tomar un café y las escuchó.

La influencia se ejerce de muchas maneras. Escuchar a la gente y ser consciente de cómo se influye en ella es la primera parte. Descubrir cómo hacer que se suban al carro y compartan tu punto de vista es la segunda. Convertirte en un maestro de la dialéctica, incluso cuando no tienes ningún dato que respalde tu punto de vista, puede darte muchas alegrías. Algunas personas no se fiarán de ti hasta que te vean trabajar. Saber de qué pie cojea cada uno es la clave para liderar sin ninguna autoridad directa.

Desarrolla una coraza

El hecho de emprender soluciones intermedias inevitablemente hará que la gente se sienta insatisfecha. El truco consiste en adoptar primero las medidas intermedias correctas y, a continuación, ser capaz de explicar el motivo por el que tomaste la decisión que tomaste. Si eres bueno explicando la decisión, puede que a alguien no le guste, pero, la mayoría de las veces, respetarán la forma en que la tomaste; es más, aunque no lo hagan, los grandes gestores de productos encuentran la manera de lidiar con ello.

Grandes gestores de productos

Bajo mi punto de vista, los grandes gestores de productos son uno entre un millón. Son las personas que pueden hacer todo lo anterior y concebir increíbles ideas de productos. Son inusuales, porque son tremendamente innovadores, muy influyentes y pueden guiar a la gente a través de la razón de ser de una decisión y convencerlos, incluso sin datos. Me vienen a la mente personas como Steve Jobs y Elon Musk.

Idolatramos a esta gente, en parte, porque resulta satisfactorio poner una cara y un nombre a un gran logro; pero el 99 % de las veces no es solo un gran pensador el que se encarga de crear los grandes productos, sino equipos de buenas personas que realizan un trabajo excepcional. La labor del gestor de productos es desarrollar su manera única de dirigir ese trabajo.

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